«Prohibidas pero no vencidas», el sueño loco de unas cuantas

A través de una selección de episodios de los siglos XIX y XX, «Prohibidas pero no vencidas», con un estilo informal y divertido, revela cómo distintas precursoras de buena parte del mundo siendo míticas y pioneras en su tiempo, concienzudamente ocultadas primero y olvidadas después, influyeron en la práctica masiva del deporte entre las mujeres. Un libro espléndido, entretenido y necesario. Para aventureras y aventureros.

Parecía que el puzle de la historia estaba completo y aparecieron unas piezas perdidas y olvidadas. Que alguien las recoja y las encaje es un regalo inesperado y maravilloso, que produce una sensación bastante recomendable: de pronto hay algo que conecta mejor lo que conocíamos y lo que desconocíamos. Prohibidas pero no vencidas pone carne, piel, a ideas y conceptos que estaban sobre el papel. Creando una narrativa nueva, a base de anécdotas y historias que cambian el cuento que nos contaron ¿qué el fútbol femenino no es espectáculo, que no es mediático? Eso te preguntas cuando lees la historia del Dick, Kerr Ladies y cómo llenaban estadios con cincuenta y tres mil personas.
La mayoría de las mujeres que aparecen en Prohibidas pero no vencidas, se dieron a conocer a través del deporte y gracias a eso pudieron influir en su entorno. Otras, menos, fueron mujeres relevantes de sus épocas que encontraron en el deporte un apoyo poco común. Entre estas páginas se encuentran nombres sorprendentes, desconocidos, de unas cuantas que no se conformaron y rompían, por lo bajinis, casi sin que la sociedad lo notase, un montón de conceptos establecidos. Sentando precedentes, vistiendo pantalones o los primeros bañadores que lucían ante las miradas reprobatorias pero es que a la gente a la que no le da miedo tirarse a la piscina no se la para fácilmente. Y ellas corrían y saltaban y nadaban y se deslizaban… armando la revolución, quizá de un modo más silencioso o menos llamativo, igualmente indispensable para ese pensar en igualdad, subiendo montañas, jugando, compitiendo, arriesgando, divirtiéndose… mujeres que eligieron derribar muchos muros que los prejuicios y la ignorancia llevaban levantando durante siglos. Y éste un libro que reivindica el papel que desempeñó el deporte femenino, en la lucha por la igualdad de las mujeres en todos los ámbitos de la vida. 
 
Carlos Beltrán (Madrid, 1969). Profesional de medios de comunicación desde el 92, año olímpico, lo mismo para un roto que para un descosido, director de contenidos, presentador de televisión, actor de doblaje, director, guionista, redactor, realizador, productor, regidor, locutor. A partir de su participación como presentador y guionista del programa Escuela del deporte de TVE se especializó en divulgación deportiva. Fue en el 2000, año olímpico, preparando una serie de programas sobre la historia de los Juegos Olímpicos, cuando descubrió archivos de películas de Michelline Ostermeyer y Fanny Blankers Cohen en sus entrenamientos diarios, y ese fue un momento iniciático, la primera vez que alucinó pepinillos con lo que estas mujeres simbolizaban. A partir de lo que aquellas imágenes le inspiraron, no ha parado de buscar, investigar, descubrir, contar ?en donde le dejan? todo lo que ha podido poner en orden de la historia de las mujeres en el deporte. Prohibidas pero no vencidas es el desarrollo de veintidós años de curiosidad satisfecha.

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